En Arequipa se produce una gran cantidad de estiércol generado por ganado vacuno, porcino, aves, entre otros animales, que se arroja al medio ambiente, generando contaminación, aunque algunos ya están utilizándolo para la producción de gas metano y como fertilizantes para el agro; pero un grupo de estudiantes y docentes de la Universidad Católica Santa María, han logrado producir energía eléctrica utilizando dichos desechos.
Se necesita de apenas un kilo de estiércol, al cual denominan biomasa, para generar unos 20 watts de energía, pudiendo suministrar a un equivalente de 4 focos LED de S’ Watt, por el periodo de 3 meses aproximadamente a través de un proceso de óxido reducción.
Estudios internacionales coinciden en que el sector ganadero contribuye en gran medida con el cambio climático, pues el mal manejo del estiércol del ganado produce diversos tipos de gases durante su descomposición, entre los que destacan el metano (CH4) y el bióxido de carbono (C02), relacionados con el efecto invernadero.
Guillermo Jiménez Pacheco, coordinador general e investigador principal del estudio, explica que en la biomasa existen decenas de microorganismos con diversas potencialidades, entre ellos generar energía eléctrica, a los cuáles han identificado y separado a los que tienen más eficiencia y que en el futuro podría ser una de las alternativas viables para solucionar la falta de electricidad en zonas alejadas de la ciudad, especialmente en las áreas agrícolas donde existen diversos animales.
Fabricaron pequeñas celdas, divididas en dos ambientes, en una de ellas se colocó alrededor de kilo y medio de estiércol y en el otro lado un componente que ayude a generar los electrodos, que en este caso fue una pequeña placa de acero inoxidable. La masa había sido secada previamente y luego humedecida con el agua.
“Lo que pasa es que en la biomasa hay una gran cantidad de micro organismos que generan energía, los hemos separado y los enviamos a los Estados Unidos para que se analice las características de cada uno de ellos y saber, por ejemplo, cuál es el que tiene un mayor rendimiento”, explica el docente.
En apenas un par de días de iniciar el proceso, los microorganismos ya comenzaron a generar energía, al adherirse a la placa de metal que a su vez comenzó a enviar la energía a una batería, donde se la almacena.
Parte del proyecto implica la elaboración de un prototipo para generar la electricidad en mayor cantidad, una pequeña planta en la cual ya están trabajando, de tal manera que se pueda demostrar que es rentable y así ver la posibilidad de iniciar la comercialización a través de plantas de producción.
“El kilo de estiércol puede ser cambiado cada cuatro o seis meses, pero como ya se tiene investigado cuál de las geo bacterias es la que produce más energía, existe la posibilidad de solo comerciar dichos microorganismos”, explica el docente.
Otra de las ventajas de esta nueva fuente de energía, a diferencia de la luz solar o fotovoltaica, por ejemplo, es que el suministro es permanente, las 24 horas del día, sea de día o de noche, mientras que la fotovoltaica solo se puede obtener mientras haya sol.
“No es un proyecto novedoso, en algunas parte del mundo ya se viene utilizando esta energía y se ha logrado no solo mejores condiciones de vida, al tener una nueva fuente de energía más económica al utilizar el estiércol que contaminaba el ambiente y que también puede ser replicado en Arequipa y nosotros vamos a plantear la propuesta para generar una planta, a precios económicos, como alternativa para la región”, añadió el especialista.
El Vicerrectorado de Investigación de la UCSM concursó y ganó la subvención del programa Innovate- Perú del Ministerio de la Producción con este proyecto de investigación.
El desarrollo del proyecto fue llevado a cabo con la participación de profesionales especialistas y estudiantes de la UCSM y en convenio con el Instituto Nacional de Tecnología de Brasil (INT), en el que formaron parte especialistas de diversas carreras profesionales, como Nadia Gamero Begazo, Javier Cayro Chávez, Melisa Calderón Castillo, Milagros Rojas Gonzales, Jimmy Capia López, Frank Mendoza Frisancho, Pamela Tupayachi Quispe, Rosa Rucano Taya y Marianella Campos Olazával.
Ante el Instituto de Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual (Indecopi) ya se han procedido a inscribir dos patentes, por la utilidad que generará el proyecto y la otra por las bacterias que pueden ser útiles para la producción de energía. Mientras tanto el prototipo de planta para generar a escala unos 50 voltios de energía, estará listo en unas semanas. (El Pueblo, domingo 17 de setiembre, pág. 15)