Esta palabras fueron pronunciadas aquel 7 de junio de 1880, en el Morro de Arica, ante el pedido de rendición por el emisario del ejército chileno. La respuesta ya conocida retumba cada domingo en nuestra plaza mayor como en todas y cada una de las plazas mayores de las principales ciudades de nuestro Perú.
Las hemos escuchado desde que tenemos uso de razón, ellas contienen un mensaje Imperecedero en el tiempo y dirigido a las generaciones presentes y por venir.
La pregunta primera es ¿Qué es el deber?. Como verbo, es estar obligado a hacer algo, como sustantivo posee ante la esfera Jurídica, la amplísima acepción que proviene de constituir el reverso del derecho, en cuyo sentido el deber integra obligación. sea legal, natural o convencional, de allí deducimos que el deber jurídico es Impuesto por normas legales y su incumplimiento acarrea sanciones.
Pero el deber al que el Héroe Coronel se refirió, rebaza el campo del derecho y se introduce en el ambiente de lo moral y de la religión, con repercusiones en el fuero de la conciencia y sobre el destino sobrenatural del hombre.
Napoleón Bonaparte, en Egipto frente a las tres pirámides les dijo a sus soldados, “cuarenta siglos de gloria os contemplan, no defraudéis a la Francia nuestra patria, y quien cumple con su deber en conciencia está llenando ya el fin para el que fue creado”
¿Y qué es lo sagrado?, lo sagrado es digno de mayor respeto y veneración y “ante el sentimiento del deber enmudecen las más rebeldes pasiones”, lo dijo Immanuel Kant.
La pregunta segunda es: ¿hacia quién es el deber sagrado del Héroe Corone/?; no se necesita mayor análisis, es a la patria.
Heródoto aquel griego llamado el padre de la historia, nos relata cómo es que 300 espartanos al mando de su rey Leónidas, se sacrificaron en el desfiladero de la Grecia central, llamado las Termópilas, por detener el avance del gigantesco ejército persa, comandado por Jerjes. Este rey al valorar aquel sacrificio de los espartanos y al ver sus cuerpos sangrantes, mutilados, masacrados, se preguntó, ¿Por qué? ¿Por qué? sus comandantes le respondieron, por su patria.
¿Y qué es la patria? es el lugar donde nacemos o adoptamos por el que nosotros sentimos un vínculo afectivo, cultural, histórico y ésta nuestra patria es pues, la desértica costa con sus veintisiete valles, la portentosa sierra y la lujuriante selva, y son además todas aquellas esplendentes Civilizaciones e imperios que nos precedieron, es nuestra cultura, nuestro derrotero histórico, es todo cuanto amamos, es nuestra familia; por eso se inmolo el Coronel con sus valientes, por preservar y defender ese contenido territorial y cultural.
Nuevamente Napoleón, aquel corzo conquistador- de Imperios heredero de las glorias francesas y de su Incomparable revolución que trajo la igualdad, fraternidad y legalidad, nos dijo: “la primera virtud es la devoción a la patria”, y Cicerón en el foro, les repetía Incesantemente a los generales romanos, del Imperio más grande que haya conocido el mundo antiguo “la patria tiene derecho a que nuestra alma, nuestro talento y nuestra razón, le consagren sus mejores y más nobles facultades”. Charles de Gaulle, en el desfile de la victoria de aquella insana conflagración mundial les dijo a los ejércitos aliados. “la patria consagra su pensamiento y amor a quienes han ofrendado su vida por ella”. No sólo los guerreros y filósofos nos explican qué es la patria, los compositores también como Giuseppe Verdi, en su magnífica opera, Aida, en la entrada triunfal del ejército egipcio, por la majestuosa e impresionante avenida de las esfinges, el coro repite una y otra vez, “la patria es madre generosa, germen de santa paz y alegría ..”.
En aquel corto mensaje de respuesta, que nos inflama de patriotismo y que estamos analizando, están contenidos también los valores, como el respeto, la honestidad, la responsabilidad y la lealtad que son los valores morales que llevan al hombre a defender y creer en su dignidad en cuanto a su persona, porque indefectiblemente el valor conducirá al hombre hacia el bien moral, que como sabemos es aquello que lo perfecciona, lo completa y lo mejora.
¿Qué es la moral” es pues el conjunto de normas de conducta que la mutua convivencia fija, entre los hombres, resumiendo, es la ciencia del bien en general. Este postulado se reafirma con la expresión de Kant, “obra de modo que puedas querer siempre que la máxima de tu acción sea la ley universal”.
La valiente e intrépida respuesta al enemigo muy superior en número, mas no en moral y valentía, está reafirmada en el contenido de la carta que enviara el héroe Coronel a su amada esposa. En ella trasciende, el honor, la dignidad, el valor, y entereza y también la amargura de este insigne peruano, que exalta el patriotismo de sus soldados y ennoblece al Morro de Aries al escribir “sobre este peñasco de la ciudadela militar, engrandecido por un puñado de patriotas que tienen un plazo contado y su decisión sin desmayo en el combate para no defraudar al Perú”. En la desigual batalla del Morro, el Coronel hoy Gran Mariscal del Perú y héroes como, .José Inclán, Anselmo Barreda, Justo Arias Aragüés, Alfonso Ugarte, entre otros, todos ellos soldados, ascendieron a la gloria con su jefe, “debemos meditar como peruanos lo que aquella ascensión Significa”, así lo dice Fortunato Turpo Choquehuanca, en su notable obra, Caudillos y Culpables.
Es ineludible deber, recordar constantemente aquellas palabras contenidas en la carta a su esposa días antes de su sublime inmolación; “nunca reclames nada, para que no se crea que mi deber tiene precio”, Que eterna lección de honor y consecuencia con la patria.
Nunca antes soldado alguno con sus heroicas acciones ha llegado al corazón de las peruanas y peruanos, nunca antes soldado alguno nos hizo comprender el Significado del cumplimiento del deber más allá del deber. de patria, de Identidad nacional de inmolación de ofrenda de vida por los supremos ideales de defensa y sustento de nuestra nación, a el ya los aguerridos y valientes del morro, la patria les debe su gratitud y suprema nobleza.
“Los hombres y las bestias”, como nos dice Oscar Wilde, “nos revolcamos en el mismo barro, pero hay hombres que se ponen de pie y miran las estrellas” Boloqnesi y sus valientes puestos de pie miraron un promisor futuro, lleno de esperanza y bienestar de una patria grande generosa, fuerte y feliz. A esta Visión, falta aún completarla, ese es nuestro reto, ese es nuestro ideal que debemos también inculcarlo a nuestros hijos y a los hijos de sus hijos, solo así habremos cumplido en pequeña parte aquel inolvidable mensaje, en ese peñasco, convertido en altar a la patria, donde el deber fue fielmente cumplido y acabado.
Nuestro Héroe Coronel fue un hombre justo y sabio y es inmortal, permítanme repetir con Sócrates,” las almas de todos los hombres son inmortales pero las almas de los justos son Inmortales y divinas” Y es sabio porque según Lao Tse,”el sabio no enseña con palabras sino con actos”. Jorge Basadre en su ‘Efigie de Bolognesi” dijo.” Bolognesi y sus compañeros al Inmolarse le dieron al Perú algo más importante que una lección de estrategia’ le dieron símbolos nacionales, aliento misterioso para el alma colectiva”
Una Palabra final
Todo lo dicho fue causado y es respuesta a una espantosa y fratricida guerra, que nunca más, nunca más seamos parte de otra. Y creo firmemente en aquel presagio bíblico “llegará el día en que los arcos, flechas y lanzas y todas las armas de guerra, serán convertidas en arados”.
Y recordemos las palabras del Gral. Roque Sáenz Peña, compañero de armas de Boloqnesi y quien luchó junto a él en el¡ Morro, “que los muertos viven en el recuerdo de los vivos y a los muertos ilustres, como es el Coronel Boloqnesi y a sus valientes ofrendados en el Morro, no se les llora, se les saluda, se les aclama y se les venera”.
Viva el Perú
Gracias
Juan Melo Díaz
Legionario
Arequipa, 19-06-2017.
“Nunca reclames nada para que no se crea que mi deber tuvo precio .: Fragmento de la carta a su esposa – Arica
22 de mayo de 1880,
“Podéis decirle al Gral. Baquedano que me siento orgulloso de mis jefes que Arica no se rinde”
“TENGO DEBERES SAGRADOS QUE CUMPLIR Y LOS CUMPLIRÉ HASTA QUEMAR EL ÚLTIMO CARTUCHO”
Crl, Francisco Bolognesi Cervantes